Os proponemos una mini excursión por un sitio desconocido para muchos pero que tiene un gran encanto: el llogaret de Biniagual. Una especie de aldea rodeada de vid y cultivos tradicionales.
El término llogaret se aplica a aquellos pequeños pueblos o aldeas que no tiene ayuntamiento propio y pertenecen a un determinado término municipal. A veces son un pequeño grupo de casas que han adquirido personalidad propia, Mallorca tiene una muy variada cantidad de llogarets.
Biniagual está situada a menos de 4 km de Binissalem. Este pequeña alquería de no más de 14 casas se conserva en perfecto estado desde hace varios años gracias a una increíble restauración. Sus orígenes se remontan a la época de la invasión musulmana.
Origen del llogaret de Biniagual
Antes de la conquista de Mallorca por parte de Jaime I, era una alquería dedicada a la ganadería y viticultura. Posteriormente, tras el reparto de la reconquista, fue asignada al Vizconde de Bearn. Durante años fue pasando por diferentes manos y diferentes tipos de cultivos como el olivar, la viña o los cereales. En 1593 sólo tenía 6 casas.
La peste hizo estragos en la finca y fue quedando despoblada entre los siglos XVI y XVII. Posteriormente volvió a ser repoblada pero se centraron más en la cría de ovejas y cerdos. También se llegó a cultivar vid pero a principios del siglo XX fue atacada por la filoxera, un insecto parásito, que hizo estragos por las vids de toda Europa.
Debido a esta desgracia, sufre una nueva despoblación y a mediados del s. XX, la aldea vuelve a quedar en ruinas hasta que fue rescatada a finales de los años setenta por el alemán Klaus Graf y su familia (actuales propietarios), pasando a ser de propiedad privada.
Se vuelven a sembrar viñas, y poco más tarde, se vuelve a reanudar la producción de vino. También se reformaron todas la casas. Hoy en día, la finca posee 34 hectáreas de viñas y produce sus propios caldos a través de las bodegas del mismo nombre.
La mayor parte de las casas son utilizadas para eventos pero por ejemplo tiene un pequeño oratorio bendecido en 1734, dedicado a la Inmaculada Concepción. También incluye una bodega histórica, una vinoteca y una explotación agrícola que mantiene una serie de cultivos tradicionales de Mallorca.
El acceso por sus calles es libre (gracias a la reivindicación de los vecinos de Binissalem) y merece la pena verlo y disfrutar de su particular entorno.
¿Cómo llegar a Biniagual?
Llegar a Biniagual es relativamente fácil desde Binissalem. Tenemos tres opciones, hacerlo en coche y aparcar por los alrededores de la aldea (10 minutos), ir andando desde Binissalem ya que está a tan sólo 3,7 km (unos 50 minutos) o incluso hacerlo en bici desde el pueblo.
La ruta andando de Binissalem a Biniagual es muy agradable pero la hacemos todo el rato en carretera, al principio hay más coches pero a medida que avancemos el tráfico es prácticamente nulo. Aún así, como advertimos siempre, recomendamos extremar la precaución. En este caso sí que podríamos llevar nuestro carrito de bebé.
Durante la caminata podremos ver diferentes cultivos, viñedos y también animales de granja como cerdos, caballos, ovejas o gallinas.
Inicio de la ruta
La carretera que nos lleva a Biniagual es fácil de localizar. Si llegamos desde Palma, antes de salir del pueblo hay un semáforo. Si tomamos la calle de la izquierda nos llevará al centro del pueblo pero nosotros debemos girar al a derecha un poquito más adelante (hay varios indicadores uno de ellos el de nuestro destino).
Tras girar veremos dos calles. Tomaremos la de la de la izquierda (Es Camí Vell de Biniagual) que nos llevara directos a Biniagual pasando por debajo de un puente que atraviesa la autopista. A partir de allí el camino es muy agradable. Debemos ir siempre por esa carretera en línea recta.
Sabremos que hemos llegado porque la carretera se convierte en un camino empedrado y veremos las primeras casas con varios jardines muy bien cuidados.
Al ser un lugar de eventos las casas están cerradas y no hay ningún tipo de servicio a no ser que la tienda de la bodega esté abierta.
El paseo por sus calles es corto pero recomendamos alargar la vuelta por alguna de sus carreteras adyacentes para poder ver parte de los viñedos de la zona y encontrar un magnífico ejemplar de «Lledoner» .